Lo que no te cuentan del posparto

Este fin de semana he estado con una amiga que hace un mes que tuvo a su bebé y después de nuestra conversación, me ha inspirado hacer este post.

Hoy os cuento verdades como puños, sin pelos en la lengua. Así que, si estás embarazada y quieres saber lo que te espera, sigue leyendo,  si no, mejor cierra ahora mismo la página.

Y si estuviste y echas de menos algo importante, dejámelo en comentarios para actualizar esta entrada y podamos, entre todas, ayudar.

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Cuando estamos embarazadas tenemos mucho miedo al parto,  ¡infelices! Realmente a lo que debemos tener miedo es al pre y al posparto.

El pre es doloroso y largo, muy largo, a menos que seas una de esas afortunadas que siempre cuentan en las clases de preparación al parto, yo no lo fui así que sufrí mucho durante la dilatación, ilusa de mí que pensé que lo peor iba a ser el expulsivo. Aunque el después fue aún peor, o por lo menos ésa fue mi experiencia.

Los países bajos.

Los países bajos quedan que no te los quieres ni mirar.

Tanto si has parido por parto vaginal como por cesárea no quieres ni ir al wc por miedo al dolor o a que se salten los puntos, sin pensar en que si no lo haces puede ser aún peor.

El miedo es normal, pero no dudes en buscar ayuda para ir al baño, tomar fibra, dieta a líquido o por qué no, un enema, para mí ésta última fue la SOLUCIÓN en mayúsculas.

Si te han hecho una cesárea puede que estés inflada con los gases,  a mí me dolían más que la propia cicatriz,  lloraba muchas mañanas doblada de dolor.  Te han abierto y parece que el aire se quedó dentro. Es normal, acude a medicamentos para diluirlos, siempre con el consentimiento de tu médico, claro.

El suelo pélvico se queda hecho trizas.

A menos que hayas hecho mucho ejercicio y te lo vayas preparado. Tras el embarazo y el parto queda muy tocado.

Es normal, mira en esta imagen que he encontrado estos días atrás por internet, cómo es el proceso de dilatación. Es alucinante y después de ello, inimaginable que no queden secuelas.

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Puede que te rías y te hagas pis, puede que estornudes y te hagas pis,  puede que te tires un pedo y que te mees literalmente. Todo es normal, pero esta situación hay que solucionarla.  Valoración por un fisio especialista en suelo pélvico,  ejercicios kegel, hipopresivos,  mucha constancia, paciencia y sobre todo concienciación de que ésto hay que solventarlo sí o sí más temprano que tarde,  por tu salud física y mental.

La lactancia.

La lactancia es algo natural y a pesar de ser natural, no fácil.

La subida de la leche duele, a veces incluso da fiebre. Es normal.

Es muy importante que el bebé y tú cojáis la postura adecuada, para evitar las grietas. En las clases de preparación al parto te enseñan y parece que te va a salir a la primera, pero no es así. Cuando nace tu bebé te lo pones al pecho y resulta que no se engancha bien, le quitas, vuelta a poner, el bebé llora, se engancha, ahora sí, el bebé se duerme. ¡Mierda! ¡Sólo comió 5 minutos!

Acuestas al bebé y a los 15 minutos el bebé se despierta y … vuelta a empezar. Te sientes como una vaca lechera, un seven eleven abierto las 24 horas. Todo normal, entra dentro del proceso de aclimatación del bebé su nuevo medio de alimentación, paciencia y a seguir con la adaptación.

Si no lo haces bien, el resultado es que te salen grietas, ésto es lo peor, porque cada tres horas máximo tienes que darle de comer a tu bebé. Eso significa que cada poco tienes que ponértelo al pecho y con ello, dolor. A mí me producía ansiedad cuando se acercaba la hora de darle de comer a mi bebé, eso no es bonito, la verdad. Solución: aplicar tu propia leche o crema de lanolina y a secar al aire para que la herida se cicatrice lo más pronto posible.

Visualízame: las 24 horas del día iba cuasi desnuda por la casa, una nació en febrero y el otro en abril, menos mal que aquí en Madrid hay calefacción en toda la casa porque si no hubiera pillado un resfriado con tanto exhibicionismo, jajaja, ahora me río, pero en ese momento estaba hasta los mismísimos de ir todo los días con la pechonalidad al aire.

Quizás hayas tenido la suerte de librarte de las grietas, pero resulta que de repente puede que aparezca en tu vida la Mastitis. Hay de dos tipos.

Mastitis aguda, se obstruye un canal y se forma una bola de leche en el pecho, duele. Solución: masaje y sacar la leche lo antes posible. A mí me sirvieron los saquitos de semillas, los calentaba y los ponía en el pecho mientras me sacaba la leche con el sacaleches. Puede que te de fiebre, esto significa que la cosa se va agravando y debes acudir a tu médico de cabecera para que te prescriba antibióticos.

Mastitis subclínica, no es ningún canal obstruido. El dolor está localizado en el pezón, parece agujas que te pinchan cada vez que tu bebé comienza a succionar y piensas que son grietas, pero no. Es más difícil de diagnosticar porque incluso muchas matronas la desconocen. La solución, ir a tu matrona, que te lo diagnostique y lo ideal es que tomes probióticos para combatir desde tu organismo acabar con las bacterias que la están ocasionando. Es un tratamiento que los resultados van consiguiéndose poco a poco. Ésta mastitis y una crisis de crecimiento fueron las causantes de que abandonara la lactancia de mi segundo hijo.

En cuanto a la lactancia y sus problemas, visitar mucho a la matrona, a los grupos de apoyo para que te aconsejen, te eduquen y te ayuden. Si quieres dar el pecho y tienes problemas, tienes que ser insistente en solucionarlos, pero si decides que ya no quieres dar el pecho, sé firme en tu decisión, lo que decidas será lo mejor para tu bebé, no te dejes agobiar por los comentarios, consejos y sentimientos de culpa que te produzca la gente o tú misma.

Tu cuerpo

Cuando vas a parir piensas que en cuanto eches al lechón, tu cuerpo volverá a su ser, ¡cuán equivocada estás! Al día siguiente de parir tienes la misma barriga que 24 horas antes, bueno, la misma no, aún peor, porque está vacía y más colgona. Ésto es lo normal, lo que no es normal es la imagen que todas tenemos de las famosas saliendo del hospital vestidas de blanco inmaculado con un cuerpo como si nunca jamás de los jamases hubiese estado embarazado.

Tu barriga irá menguando, poco a poco, puede que algún día quede como la tenías antes de estar embarazada, pero puede que no, todo dependerá de la fisiología de cada una. Si no quedas igual, la solución es el deporte, ojo! después de un tiempo prudencial y cuando te lo haya prescrito tu médico. Si no te gusta el deporte, como me pasa a mí, búscate alguna actividad física que te atraiga y oblígate a hacerla, sé que tenemos poco tiempo por no decir que no tenemos nada, pero hacer algún tipo de actividad además de mejorar tu estado físico, también mejora tu estado mental, te oxigena. ¡Créeme!

Quizás tenga adaptar tu ropa a tu nuevo estado de ser mamá, las caderas se quedan más anchas, es normal, no te agobies por ello.

Acepta tu nuevo yo más pronto que tarde, te ayudará a avanzar.

Tu mente

Después de parir el nivel de hormonas caen en picado, ésto puede generar la temida depresión posparto. A mí no me ha pasado, pero si te sientes triste, irritable, tienes sensación de agobio, ansiedad, etc. Debes hablar con tu médico inmediatamente, él o ella te dará las pautas a seguir.

Quizás te sientas superada, el insomnio, el dolor, las noches en vela, el llanto del bebé, las visitas inadecuadas, etc, puede que generen en tí unas sensaciones para nada esperables después del nacimiento de tu bebé, que a tí se te antojaba feliz. Todo es normal.

Hay que hablar mucho con tu pareja, con la familia y con el médico y/o matrona, hablar, hablar y hablar, contar lo que te pasa, lo que sientes, lo que quieres, los que te quieren te van a entender y sobre todo ayudar.

Puede que tengas un desinterés por el sexo, más por miedo que por propia inapetencia. Es normal. Yo no entiendo las que se quedan embarazadas en la cuarentena 0_0. ¿Solución? Hacerlo cuando estés realmente preparada y no porque ya toca, armarse de mucho cariño y paciencia y un buen lubricante. 😉

No es extraño que después de contar todo esto, parezca que el posparto es un horror, puede que sí lo sea y puede que no. Lo que vengo a reivindicar con estas letras es que no es de color de rosa, aunque nos callemos. Estamos doloridas, cansadas, sin dormir, pero a pesar de todo, felices porque hemos sido madres, hemos traído al mundo una criaturita que nos tiene enamoradas.

El posparto es duro, pero todo superable más pronto o más tarde en función de las soluciones que pongas. Hay que poner empeño y mucho ánimo y siempre hacerlo visible.

Los míos fueron algo duros, el segundo más que el primero, siendo el segundo parto vaginal, pensaba que iba a ir mejor, por ser vaginal y por ya tener experiencia, pero ya ves, en estas cosas nunca se sabe.

¿Cómo fue tu posparto?

¿Tienes algo que añadir? ¡Cuéntamelo!

 

 

Comments

  1. María - Pañales y Más says:

    uuff mi post parto da para un vídeo!!!

    Darte toda la razón porque nos centramos en el parto, que también es algo difícil y olvidamos lo que viene después que es peor!!!

    Lo de ir al baño…. qué decirte, yo parí de forma natural y pensaba que me partiría en dos!!!

    En fin, genial post!!!

    besazos!!

  2. Silvia says:

    Pues me parece muy bien que tambien se hable de esto ya que no es naaada facil de superar….lo mio fué horrible me hicieron cesarea y la recuperacion fué superdolorosa,me costaba darle el pecho a mi niño por las posturas y es es una recuperacion muy lenta…estoy encantada con mi niño es lo mejor que tengo en mi vida pero mi experiencia en el parto fué horrible…

  3. Mmm… llevo un par de días con pinchazos en un pezon, pensé que sería comienzo (otra vez) de las dichosas grietas. Anoche subidon de leche y con dolor. Ayer hablaban en las postparto de los probioticos y justo me dieron muestras de Lactanza. Leyendo tu post…creo que puede mastitis subclínica (lo desconocía totalmente) Además me siento como pachucha…🙈 La lactancia no es nada fácil, no.

    Gracias por este post guapa!!

Cuéntame qué te ha parecido, me encanta leeros. ¡Gracias!