Hace dos días de camino al colegio…
Daniela, ¿sabes qué?
¿Qué mamá?
Que te quedan 2 días de tener 5 años.
Ella me miraba con brillo en los ojos, feliz porque va a tener 6, ea una mayor y porque va a ser su cumpleaños, el día más esperado del año de cualquier niño después del de los Reyes Magos.
Sin embargo mi brillo en los ojos era más por nostalgia e incredulidad, momento ñoñería porque , que queréis que os diga, no quiero que crezcan.
Noooooo, yo no quiero que crezcan Daniela, quiero que sigas siendo mi bebé y poderte coger en brazos como hacía entonces, ya casi no puedo contigo.
Mamá, pero si crezco, ¡Te puedo ayudar! ¡Y puedo hacer la cama!
Joder, (y perdón por la expresion) pero estas cosas son las que verdaderamente merecen la pena de la maternidad.
En ese momento tuve que agacharse ponerme a su altura y darle un abrazo infinito.
Mi niña cumple hoy 6 añazos, quizás suene manida ya esta expresión, pero es increíble lo rápido que pasa el tiempo, aún recuerdo como si fuera ayer esa sensación de ir los dos en el coche de madrugada rumbo al hospital, con un solo pensamiento porque mi mente iba en blanco, sólo pensaba vamos dos y volveremos tres.
De ese momento ha llovido mucho y han pasado mil cosas, ella ya no es la bebé con pelo negro, como el patito feo se ha convertido en un cisne muy bonito, por dentro y por fuera.
Ella, que me convirtió en madre, me hace vivir cada día la experiencia más dura y a la vez alucinante que he podido experimentar en la vida, la maternidad, ver crecer a alguien que creció dentro de mi cuerpo.
Empezamos otro año, sus seis, le llaman segunda infancia, vamos a descubrirla, a aprender de ella y sobre todo a disfrutarla.
Gracias por como eres, la niña más cariñosa, entrañable y noble que la vida me podría regalar, gracias por darme el mejor título que podría tener, mamá.
¡Feliz cumpleaños princesa!
¡A por más momentos juntas!
Te quiero Guindita.