Primeras y últimas veces

La vida de un niño está llena de primeras veces, su primera sonrisa, su primera palabra, su primer paso… Pero también está lleno de últimas veces, su último día con chupete, su último biberón, …
Todas son síntomas de su correcta evolución y crecimiento, pero yo no puedo quitarme de encima esa sensación de melancolía del cuerpo. Mi bebé se ha hecho mayor, se está convirtiendo en una niña, autónoma, sana y feliz.
Este fin de semana hemos dejado atrás otra etapa, hemos subido otro escalón de la escalera de su vida, ha dejado su pañal de noche. Parecerá una tontería o una trivialidad pero es un gran triunfo en su universo. Olvidamos ponerle el pañal y durmió sin él, cuando nos dimos cuenta, se sintió tan orgullosa de sí misma que era imposible e imperdonable volvérselo a poner por mis miedos o mi comodidad.
También este fin de semana hemos vivido otra última vez.  Hemos asistido a nuestra última clase de matronatación. A esta clase íbamos juntas y hoy me he odiado a mí misma pensando las veces que iba refunfuñando a la piscina, pensando en que tenía que poner lavadoras, o cambiar las sábanas, o simplemente no me apetecía, en qué estaría pensando, sería estúpida? Nadie me va a quitar lo que he disfrutado con mi hija, hemos compartido risas, juegos, hemos superado sus miedos a los saltos, a las ahogadillas, ayer fue una clase espectacular en la hemos disfrutado a tope, porque ella estaba muy orgullosa y pasándoselo bien porque se estaba dando cuenta de lo que había avanzado y yo… Yo estaba feliz de ver ese progreso y de compartirlo con ella, … Vale más que poner una lavadora. Aunque es verdad que no te das cuenta de las cosas que tienes hasta que las pierdes. Ayer fue su último día en matronatacion, nuestro último día, el curso que viene irá solita, no me necesitará, pero yo me quedo con cada minuto disfrutado y de lo afortunada que fui de vivirlos con ella.
Estoy escribiendo y se me hace un nudo en la garganta, no lo puedo evitar, aún nos queda muchas más primeras veces y muchas últimas también, estoy temiendo el día de su graduación en la guarde, otro fin de ciclo, Ayyyy Dios mío! Qué no se me olvide echarme rímel waterproof!
Me da mucha pena que el tiempo pase tan rápido, aunque no dejo de disfrutar a tope cada momento que vivimos juntas, por eso os digo, cuando estéis agobiados con las tareas domésticas, las cosas del trabajo o cualquier otro tema que no os deje disfrutar del tiempo con vuestros hijos, contad hasta diez, estableced las prioridades y empezad de nuevo, pensando en positivo y en vivir esos momentos, porque ya nunca volverán.

Cuéntame qué te ha parecido, me encanta leeros. ¡Gracias!