#MQM: Verdad aplastante

Hace mucho tiempo que ya no escribo en esta sección,  para mí es mi favorita, pero ya mi Guindita se va creciendoy no tiene esas ocurrencias de entonces. Habla casi como una personita mayor o por lo menos eso a mi me parece,  pero en realidad sólo tiene 5 años.

Os pongo en antecedentes de la conversación.  Estamos ella y yo solas en un baño público, situación en la que me veo muy habitualmente. Así fue la conversación.

Yo: Jo Daniela, ¿cuántas veces hemos ido hoy ya al baño? Le pregunto mientras ella está sentada en el W.C.

Daniela: No sé mamá, muchas.

Yo: Hace menos de una hora hemos venido, entonces no tenías ganas? (Al llegar al restaurante entramos a hacer pipí y ahora se le había antojado hacer la otra cosa).

Daniela: No mamá, me han entrado ganas ahora.

Yo: Pues hija, qué barbaridad! Es que si te das cuenta hemos visitado todos los baños públicos de los restaurantes a los que hemos ido estas vacaciones. (Mi cara es de estar fastidiada por tanta visita al baño)

Daniela: Mamá, soy una niña.

 

¡Soy una niña!

¡S O Y   U N A   N I Ñ A!

Con sólo esta frase me fulminó.

Tiene más razón que un santo, a veces no nos damos cuenta de que nuestros hijos son niños y tienen que hacer cosas como tal, necesidades fisiológicas cuando menos nos lo esperamos, correr, jugar, hablar más alto de lo debido en el sitio menos indicado, …, son niños y debemos exigirles como niños, a pesar de que nos parezcas que ya son mayores, no son adultos.

Yo, nosotros (su padre  y yo) pecamos algunas veces y ahora más que es hermana mayor, de tratarla, exigirle como una persona más mayor a su edad, ¿eso es bueno? ¿es malo? La verdad es que a nosotros nos parece apropiado, dota al niño de más autonomía, más responsabilidad, pero quizás en algunos momentos no nos demos cuenta de que sólo tiene 5 años y puede que le podamos causar el efecto contrario.

Perdona hija mía, eres sólo una niña, es verdad. Y yo sólo una madre que le gustaría hacer las cosas bien aunque a veces no lo consigue, verdades aplastantes como la que me has enseñado me hacen bajar a la tierra, me hace empatizar y ver tu realidad.

Sin duda, qué grandes enseñanzas nos dan los hijos sin ellos saberlo.

 

¿Y a vosotros? ¿Os ha pasado algo parecido?

Comments

  1. Monica says:

    A mí también me pasa. Yo creo que la culpa la tiene también las prisas que siempre tenemos, que nos hacen ser me os pacientes.

    1. Totalmente de acuerdo Mónica, creo que has dado en el clavo, a veces tenemos poca paciencia.
      Gracias por pasarte por aquí y comentar.
      Un beso muy grande.

Cuéntame qué te ha parecido, me encanta leeros. ¡Gracias!